Los animales en la ciudad y el pueblo

Como publiqué en un post anterior, una de las cosas que más me ha alucinado de mi cambio de vida de la ciudad al pueblo es el trato a los animales. En la ciudad la gente trata a sus animales como parte de su familia, les dan comida, viven dentro de los pisos, se suben al sofá, van al veterinario y hasta les compran ropa. En los pueblos, no siempre esto es así. Algunas personas piensan que los animales son sólo parte de su trabajo o que han nacido para desempeñar una función, como cuidar de las gallinas que tienen en un huerto o cosas así. Por eso me ha costado mucho aceptar que algunas personas hagan cosas como dejar a un perro atado con una cadena durante años, simplemente por si viene un zorro y se come a sus gallinas. La pregunta es, si el perro está con una cadena, ¿cómo va a impedir evitar que el zorro se coma a sus gallinas? simplemente ladrando, si el zorro tiene mucha hambre, no va a ser así y esa excusa no me sirve. También he visto a pastores cuyos perros tienen una camada y si no los quieren los meten en una bolsa y los matan tirándolos a un río o pegándoles un tiro. Es muy duro intentar "razonar" con estas personas que hay otras opciones, como llevarlos a una protectora de animales, o directamente esterilizar a sus animales si no quieren seguir teniendo camadas, ya sean perros, gatos u otro tipo de animales.

Este último año me he encontrado además a tres perros paseando con mi perra por el monte. Suelen ser cachorros o perros enfermos que a los pastores ya no les sirven por estar enfermos o por quedarse sordos o ciegos. He conseguido dos familias para dos de estos perros, dos cachorras preciosas de perro pastor.



El último perro que he visto con una cadena es éste, y avisé al Seprona para que hablaran con su dueño. La verdad es que al día siguiente de mi llamada se debió de presentar el Seprona allí y el perro ya no estaba, así que genial! es lo que hay que hacer, denunciar al seprona cualquier abuso de este tipo.


Y finalmente hace un mes me encontré a Ringo paseando por el monte. Estaba lleno de pulgas, tenía el pelo con rastas y estaba muy delgado así que imagino que llevaría tiempo merodeando por allí sin comer mucho. Ringo ha llenado mi casa de alegría. Mi perra está mucho más contenta ahora que tiene un compañero de batallas y como cualquier animal que ha llevado mala vida, Ringo es muy agradecido, nos quiere y nos lo demuestra todos los días con gestos como éste, traerme "una zapatilla de estar en casa" cuando llego a casa jajaja!! es muy listo y muy divertido.


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