Escapada a la ciudad

He vuelto unos días a la ciudad, de médicos, recados varios, visitas a familiares y amigos... Y sí! Tengo que decir que echaba de menos los pequeños lujos de la vida urbana, el ajetreo, los cines, ver escaparates con ropa, los pequeños comercios de toda la vida, todo con su encanto urbanita, todo tan práctico, tan inmediato y tan fácil de conseguir...


... Pero después de unos días aquí (10 días) empiezo a echar de menos la calma y el silencio del pueblo por las noches, porque aquí,en la ciudad, me siguen despertando los camiones de la basura por la noche, y los autobuses urbanos que comienzan su ruta a las cinco y media de la mañana...¡pobres conductores, qué madrugones se pegan!...aquí en la ciudad aborrezco la gente que no recoge las cacas de sus mascotas en el parque, la gente que no deja sentarse a los abuelicos en el autobús, o los que van paseando el carrito del niño por el carril bici... aquí en la ciudad la gente no es tan cívica como creía, ni tan humana... esas son cosas que echo de menos del pueblo, pararte con la gente a hablar por la calle, porque no tienes prisa, porque la panadería (que es el único comercio que hay en mi pueblo) te queda cerca y tienes tiempo para pararte a hablar, preguntar por la familia, hablar de la última nevada...

En mi ciudad la gente va con prisas, casi siempre, corriendo a coger el autobús, corriendo a sacar dinero de un cajero, corriendo a buscar sitio para aparcar, corriendo para pasar un semáforo en ámbar...

Echo de menos el ritmo pausado de la vida en el pueblo, el ritmo que tú eliges, el que sólo te marca las campanas de la iglesia, o alguna jota del pregonero del pueblo a las 12 y a las 5 de la tarde si hay algún aviso importante para los aldeanos... El resto del tiempo es TUYO, y hay tiempo para andar con los perros, escuchar música mientras cocinas, mientras plantas las acelgas con el sol en la cara, para trabajar, desde casa, a tu ritmo, sin jefes, sin tener que fichar ni llevar una tarjeta, sintiéndote dueño de tu tiempo y de tu vocación, disfrutando todas las horas del día, las de la luz y las del descanso.



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